En 1960 Liliana Trasher escribió: "En 1910 yo era una joven feliz que todavía no había cumplido los veintitrés años de edad, llena de sueños de las cosas maravillosas que me deparaba la vida. La màs importante era la docena de hijos que esperaba tener. Me pregunto lo que hubiera sentido si se hubiera levantado la cortina del porvenir y me hubiera visto en esta mañana, cincuenta años después. ¡Aquí estoy, cansada, vieja y canosa mirando por la ventana no amis doce hijos sino a 1,200!"
"El primer encuentro con la señorita Trasher es una experiencia inolvidable, dijo Cristina Carmichael después de visitar su orfanato en Assiout, Egipto, en 1946. "Ella es una mujer robusta y amable, con su cabello blanco en canas. Su sonrisa es contagiosa. Se sentía orgullosa de mostrarme a su familia. 'Ahora tengo 900 -decía-. No veo como pueda dar cabida a más'. Mientras hablaba alguien tocó a la puerta. Allí estaba un hombre con un tierno bebé envuelto en unos harapos. Estaba sucio y tenía el cabello negro y pegajoso. Una de las ayudantes de la señorita Trasher baño al bebé y le puso una ropita de franela rosada. ¡Que cambio! Una vez más la 'Madre del Nilo' (Como la había llamado un famoso periodista) había abierto el corazón y se había salvado la vida de otro pequeñito".
La boda de Liliana estaba para celebrarse unas dos semanas después de aquel día de junio de 1910 en el cual se había sentado ella a escuchar a un misionero. Dios le habló con claridad: "Quiero que vayas a África". El novio de Liliana, un joven y afable pastor, no recibió tal llamamiento. Pero Liliana no podía dejar de obedecer a Dios. Rompió con su compromiso y reservó su pasaje en un barco que saldía para Egipto ese otoño...
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Jeremias 29
11. Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros,
dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal,
para daros el fin que esperáis.
12. Entonces me invocaréis, y vendréis y oraréis a mí, y yo os oiré;
13. y me buscaréis y me hallaréis,
porque me buscaréis de todo vuestro corazón.